Qué es una silla ergonómica es cuestión que se formulan quienes buscan un asiento que resulte más saludable cuando han de permanecer mucho tiempo sentados. En entornos de trabajo como puedan ser las oficinas, dependencias administrativas, etc, ello resulta de especial importancia y transcendencia para la salud del trabajador.
De hecho, el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social lanzó en 2018 una Nota técnica de prevención (NTP) sobre este asunto en concreto. La nota se titula Criterios ergonómicos para la selección de sillas de oficina. En ella se establecen los aspectos básicos que ha de poseer una silla para resultar realmente ergonómica. Y para permitir un trabajo prolongado en posición sedente o sentada sin resultar perjudicial para la salud.
Qué condiciones ha de reunir una silla para ser realmente ergonómica
Según los criterios oficiales establecidos por el Ministerio de Trabajo, los criterios para que una silla sea en verdad ergonómica serían estos:
- La silla ha de permitir realizar las posturas adecuadas, y también poder cambiar de postura.
- Deberá proporcionar el apoyo necesario y suficiente para la columna vertebral y, especialmente, para las vértebras lumbares.
- El asiento deberá permitir que el torrente sanguíneo circule de manera adecuada por las extremidades inferiores de la persona. No habrá de comprimir punto alguno que pueda circular una correcta y adecuada circulación sanguínea en las piernas y pies.
- La superficie del asiento no ha de ser deslizante.
- Las partes más en contacto con zonas corporales deberán estar fabricadas en material transpirable.
Además, en esta nota se establecen unos requisitos básicos para las sillas ergonómicas:
- El asiento ha de proporcionar al usuario una posición estable, así como posibilitar la libertad de movimientos, y una postura cómoda.
- La altura del asiento deberá poder regularse y ajustarse adecuadamente.
- El asiento deberá poder reclinarse. Este requisito, al igual que los demás, perfila una idea muy clara sobre qué es una silla ergonómica.
- El asiento dispondrá de una suave prominencia para poder apoyar las lumbares. Este requisito ha sido implantado por el Ministerio en atención a prevenir los trastornos lumbares y las lumbalgias. Precisamente, el problema más habitual del trabajador sedentario.
- También se establece que las sillas habrán de tener un mínimo de 5 patas, y que deberán incorporar ruedas.
- La profundidad del asiento deberá ser regulable, de tal forma que la altura del asiento no presione las piernas del usuario.
Algunos consejos para un buen asiento ergonómico
Además, cuando se habla de un asiento ergonómico, es recomendable tener presentes consejos como estos:
- Que sea posible evitar la presión del asiento contra las corvas o parte posterior de las rodillas. Y también contra la parte posterior de los muslos.
- Que incorpore un mecanismo sincro. Este permite que se pueda reclinar el respaldo hacia atrás en sincronía con la base del asiento. De este modo, todo el cuerpo podrá inclinarse hacia atrás al mismo tiempo.
- Que el diseño se adapte a las formas del cuerpo, para que así no permanezca en tensión la columna vertebral.
- Que los materiales sean antiestáticos. O lo que es lo mismo: que favorezcan la disipación de toda electricidad estática. Estas son las sillas ergonómicas de marcado ESD. Son de particular importancia cuando se trabaja prolongadamente con ordenadores, así como con otros aparatos electrónicos.
- La parte delantera del asiento deberá tener una suave inclinación, de forma que no se presione parte posterior de rodilla ni de muslos.
- También es recomendable (aunque no ya imprescindible) que estos asientos ofrezcan un apoyo cervical. Así podrán evitarse estos problemas, tan habituales cuando se trabaja, sobre todo con portátiles.
Qué es una silla ergonómica es una cuestión que ofrece diversas respuestas. Pero todas ellas tienen una salida común: proteger la salud del usuario.